Para finalizar con el tema de telerealidad que ha abarcado estas primeras semanas de curso, me gustaría abordar un tema muy importante sobre éste, que no es nada más y nada menos, que si existe la necesidad de regular o prohibir este tipo de programación que abunda en nuestros distintos canales de televisión.
Antes de iniciarme en mi posición sobre esta doble cuestión, me gustaría comentar que hoy en la actualidad, este tipo de programas son verdaderamente importantes para la sociedad en la que vivimos, ya que sin quererlo se convierte en temas de conversación diario entre todo tipo de población desde los más jóvenes hasta los más ancianos, los cuales, suelen pasar bastante tiempo delante del televisor y buscan entretenerse de algún modo. Por lo tanto, pienso que acabar radicalmente con este tipo de programas no es la solución, ya que un número importante de población se vería afectada. Sin embargo, considero estrictamente necesario regular, remodelar, reconducir los programas de telerealidad.
Exactamente, no se cuál sería la mejor solución de regulación, pero por ejemplo, podrían empezar por proteger estrictamente la franja horaria infantil, evitando por completo que los niños que estén sentados frente al televisor tengan que ser expectadores de: agresiones verbales, discusiones de todo tipo, imágenes inapropiadas, etc. Pienso que deberían emitirse estos programas en horarios más adecuados.
A su vez, un elemento muy importante en toda esta historia son los padres de estos niños que deberán tomar las medidas adecuadas para evitar que sus hijos sean receptores de este tipo de programa, por lo tanto deberán acompañarlos en la medida de los posible, o cerciorarse de que lo que están observando no es negativo para ellos.
Además de proteger la franja horaria, creo que deberían reconducir los programas, buscar otros objetivos, otros enlaces para conectar con el público, otras actividades. Por ejemplo, si lo que queremos es crear un programa que muestra la realidad al telespectador para que cree consciencia social, pues marcarnos unas pautas que se ciñan a este objetivo, sin necesidad de dramatismo, simplemente mostrar la realidad siendo televisivamente sinceros con el público, evitando la manipulación.
Un claro ejemplo, es el "Curso del 63" a mi parecer es un programa completamente absurdo que no acerca al público a la realidad de la época ya que en muchos aspectos no se ciñen a lo qué había ni a cómo era. Por lo tanto, pienso que únicamente sirve para que los telespectadores hagan su propia comparativa entre la educación de hoy en día y la del 63. Intenta manipular al público mostrándoles un tipo de educación "excelente" y actuando de manera ilógica llevando a un extremo a los concursantes.
Pienso que deberían llevarse a cabo más iniciativas educativas reales y pedagógicas, ya que en nuestra parrilla, podemos observar algún intento, como por ejemplo, "super nani", "el hermano mayor", etc. Creo que deberían de ser programas divertidos y agradables que indirectamente incitaran a la reflexión, pero sin necesidad de ser aburridos, ni dramáticos.
Por último, me gustaría comentar que al empezar con el tema de telerealidad creía que eran programas en cierto modo, más inofensivos que sí tenían mucha audiencia pero que ésta era más capaz de separar el entretenimiento con la realidad. He podido ver que realmente, la influencia con la audiencia es más de la que creía que muchos se empapan de esta telebasura sin control alguno y lleva consigo a los que están a su alrededor.
Tenemos que ser conscientes de lo que vemos y ser capaces de separar la realidad de la ficción, siendo capaces de ver un programa basura, pero sabiendo lo que estamos observando.
Por último, añado este enlace que me ha parecido interesante y da algunos datos: http://www.auc.es/Documentos/Comunicados%20Prensa/docnot2006/12.pdf habla sobre el código de regulación que fue elaborado por la Comisión mixta de seguimiento, en su primer año de aplicación. Comenta que durante este primer año tele5 acumuló el 53% de las reclamaciones y antena 3 un 34,7%. Se quejan sobre todo en aspectos de lenguaje, de los temas de diversas problemáticas y el trato que le dan a estas, así como también, los contenidos violentos o sexualmente explícitos que aparecen.
¡Un saludo!
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